Las empresas de control de legionella se encargan de realizar los tratamientos fisicoquímicos exigidos por sanidad.
Existen ciertas instalaciones de agua que están sujetas a una estricta normativa sobre control de legionella. Se refieren a ellas como “instalaciones de riesgo”. Esto se debe a que, por su forma de funcionar, suponen un mayor riesgo para la proliferación de la bacteria. Algunas de las instalaciones con mayor riesgo son los acumuladores de agua caliente, las bañeras de hidromasaje o las torres de refrigeración.
Las empresas de control de legionella aplican los tratamientos necesarios para cada tipo de instalación. Es obligatorio realizar el tratamiento de control de legionella al menos una vez al año. Esta normativa está recogida en el Real Decreto 865/03 del 4 de julio. En este real decreto se establecen los criterios higiénico sanitarios para la prevención y control de la legionelosis.
Las instalaciones de riesgo deben ser tratadas por una empresa homologada. Además de estar preparadas para realizar este tipo de trabajos, son las únicas que pueden emitir un certificado de tratamiento. Por otro lado, cuentan con personal formado específicamente para aplicar los productos necesarios. No cualquier persona puede hacerlo, aunque pertenezca al personal de mantenimiento de la instalación. Debe haber obtenido previamente la certificación oficial para la aplicación de tratamientos de control de legionella. Además, esta certificación debe renovarse cada cierto tiempo para que mantenga su vigencia.
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