La legionella es una bacteria que provoca infecciones en el sistema respiratorio. Pueden ser leves o complicarse hasta convertirse en un grave problema de salud. La prevención de legionella es un asunto regulado por el Real Decreto 865/03. Es obligatorio para todas aquellas instalaciones consideradas de riesgo y recogidas en este Real Decreto.
Para prevenir la aparición de legionella en las instalaciones, es fundamental llevar a cabo un correcto mantenimiento de la instalación. Lo más importante es realizar la limpieza y desinfección, al menos, una vez al año. De esta forma evitaremos que la bacteria prolifere y provoque alguna infección. Además resulta imprescindible que los sistemas de agua se encuentren en buen estado, sin fisuras, óxido u otras incrustaciones. También es obligatorio realizar una serie de analíticas del agua, con frecuencia variable según el tipo de instalación.
En las siguientes imágenes vemos el interior de un acumulador de agua caliente sanitaria. Se aprecia perfectamente cómo el recubrimiento está en malas condiciones, cuarteado y despegado de las paredes del acumulador. Este es un claro ejemplo de cómo no deben estar las instalaciones.
Aquí observamos gran cantidad de suciedad depositada en el fondo del acumulador. Si no se limpia con frecuencia, esa suciedad, sirve de alimento y refugio para la legionella, favoreciendo su reproducción. Tras un tratamiento de limpieza y desinfección para la prevención de legionella, el acumulador quedará listo para volver a llenarse y ponerse en funcionamiento.
Este certificado es el que exige sanidad para cumplir con la normativa.
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