Si se ven revolotear insectos de color amarillo, lo primero es no asustarse, no picarán a menos que se sientan amenazadas. Debe determinarse si se trata realmente de avispas, ya que pueden confundirse con abejas a primera vista. Las avispas se caracterizan principalmente por su «cintura» que se estrecha notablemente separando del tórax del abdomen. Mientras que las abejas no presentan este estrechamiento. Además, las abejas tienen un aspecto «peludo» que no muestran las avispas.
Si nos fijamos más detenidamente, las avispas son de color marrón o negro y amarillo intenso, mientras que las abejas son de color pardo y dorado, no amarillo brillante.
En cuanto al aguijón, en el caso de las avispas solo se da en las hembras, y cumple una función reproductiva. Mientras que en las abejas es un mecanismo de defensa. Las avispas tienden a ser agresivas y pueden picarte en cualquier circunstancia. Sin embargo, las abejas son pacíficas, solo te picarán si se sienten realmente amenazadas.
Otra diferencia entre las avispas y las abejas es su alimentación. Las abejas se alimentan de néctar durante toda su vida, excepto la abeja reina que come la llamada «jalea real». Por su parte, las avispas son omnívoras y su alimentación puede variar a lo largo de su vida. Las larvas suelen ser carnívoras y pasan a consumir vegetales y néctar en la etapa adulta.