La legionelosis es un infección respiratoria de declaración obligatoria, es decir, cualquier caso confirmado de legionelosis debe notificarse a sanidad. El objetivo principal será detectar si se trata de un brote o de un caso aislado. Porque en caso de ser un brote, habrá que determinar el origen y llevar a cabo las medidas de control de legionella pertinentes.
Estos trabajos debe realizarlos personal cualificado y deben ser certificados por una empresa acreditada para ello. Tendrás que contar con una empresa de control de legionella si en alguna de tus instalaciones de agua se ha producido un foco de legionella. Sanidad te va a exigir que presentes un certificado de tratamiento y que un laboratorio analice una muestra de agua. El objetivo de todo esto es asegurar que dicha instalación ya no presenta un foco de legionella.
El control de legionella debe realizarlo un técnico que cuente con la formación y certificación correspondiente. Debe realizar un curso de formación impartido por una institución acreditada para ello. Además, cada 5 años el técnico deberá actualizar su certificado. Esto se hace para que el personal esté al día de las novedades que puedan ir surgiendo con el tiempo en la materia del control de legionella.
Existe un Real Decreto que regula los protocolos a seguir en caso de producirse un foco de legionella en una instalación. En esta normativa, se especifican las medidas físicas y/o químicas que deben llevarse a cabo. Lo primero que hay que hacer cuando se detecta un posible brote de esta bacteria, si no se ha hecho ya, es realizar un análisis del agua afectada. En función de los parámetros obtenidos con el análisis, deberán aplicarse unas medidas u otras, establecidas en el RD865/03.
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