
El control de legionella surge de la necesidad de evitar que se produzca una epidemia de legionelosis. La bacteria causante habita de forma natural en el agua de lagos y pantanos y puede colonizar la red pública con facilidad. Por eso es importante llevar un control exhaustivo a través de una empresa de control de legionella.
La legionelosis es provocada por la bacteria legionella pneumophila. La enfermedad puede presentarse de dos formas, según su nivel de gravedad:
la legionella no se contagia de persona a persona ni por beber agua contaminada. El contagio se produce al respirar aerosoles que contengan la bacteria en altas cantidades. Al inhalarla, pasa a los pulmones donde se produce la infección.
Las instalaciones de agua que puedan favorecer la proliferación y la dispersión de la bacteria se consideran instalaciones de riesgo para el control de legionella. Algunos de los más habituales son:
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