El control de legionella es obligatorio y se regula a través del RD 865/03, de 4 de julio por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis.
La bacteria Legionella Pneumophila prolifera en ambientes acuáticos naturales, desde donde puede colonizar las redes de abastecimiento urbanas. Desde aquí, tiene acceso a cualquier instalación que funcione con agua, como pueden ser sistemas de refrigeración, duchas, spa…
Pero esta bacteria necesita unas condiciones determinadas para vivir y multiplicarse hasta niveles en los que pueda ser infecciosa:
Existen una serie de instalaciones que tienen mayor riesgo de proliferación y propagación de la legionella. Aquí puedes obtener más información sobre las instalaciones de riesgo para la legionella
La legionella se reproduce durante todo el año, y por lo tanto puede contagiarse en cualquier época. El verano, o más bien los meses previos, es cuando más tratamientos de control de legionella se realizan. Esto se debe a que es una época en la que generalmente se usa más el agua (piscinas, spas, hidromasajes, aire acondicionado…) Pero esto no significa que la legionella no pueda contagiarse en cualquier otra época. Por lo que es importante llevar un control periódigo a través de analíticas durante todo el año y no solo en verano.